La miopía alta, una forma severa de miopía, se presenta cuando el ojo es más largo de lo normal, lo que ocasiona que la luz se enfoque delante de la retina en lugar de directamente sobre ella. Esta anomalía visual dificulta ver con claridad objetos lejanos y, de no tratarse adecuadamente, puede derivar en complicaciones graves para la retina.
¿Qué tan común es la miopía alta?
Afecta a aproximadamente el 2% de la población mundial y se define generalmente como una miopía de -6 dioptrías o más. Si bien no es tan común como la miopía leve o moderada, la miopía alta es un factor de riesgo importante para desarrollar problemas oculares serios en el futuro.
¿Cuáles son las causas de la miopía alta?
La miopía alta se asocia a una combinación de factores genéticos y ambientales:
Genética: Si tienes familiares con miopía alta, eres más propenso a desarrollar.
Factores ambientales: El trabajo prolongado en tareas que requieren enfoque cercano, como leer o usar dispositivos electrónicos, y la falta de exposición a la luz natural durante la infancia, pueden aumentar el riesgo.
Crecimiento ocular anormal: Un alargamiento excesivo del ojo durante el desarrollo puede ocasionar miopía alta.
¿Cómo puedo saber si tengo miopía alta?
Los síntomas más comunes de la miopía alta son:
Dificultad significativa para ver objetos lejanos, como señales de tráfico o rostros sin gafas o lentes de contacto.
Visión borrosa en la distancia.
Fatiga ocular al intentar enfocar objetos lejanos.
Necesidad frecuente de cambiar la prescripción de gafas o lentes de contact para obtener una visión clara.
¿Cómo se diagnostica la miopía alta?
Para diagnosticar la miopía alta, tu oftalmólogo realizará un examen ocular completo que incluirá:
Examen de la agudeza visual: Para medir tu capacidad de ver a diferentes distancias.
Refracción: Para determinar la potencia de la graduación de tus gafas o lentes de contacto.
Examen del fondo de ojo: Para evaluar la salud de la retina, el nervio óptico y otros componentes internos del ojo.
Tomografía de Coherencia Óptica (OCT): Una prueba no invasiva que utiliza luz para obtener imágenes detalladas de la retina y la coroides, permitiendo detectar posibles daños o adelgazamiento.
Estudio de campo visual: Para evaluar la pérdida de visión periférica o central, que puede estar asociada a complicaciones de la miopía alta.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para la miopía alta?
El tratamiento de la miopía alta se enfoca en corregir la visión borrosa y prevenir complicaciones futuras. Las opciones más comunes incluyen:
Gafas o lentes de contacto: Con la graduación adecuada, pueden mejorar significativamente tu visión a distancia.
Lentes intraoculares fáquicas (ICL): Son lentes delgados que se implantan permanentemente dentro del ojo para corregir la miopía, ofreciendo una alternativa a las gafas o lentes de contacto.
Cirugía refractiva: Procedimientos como LASIK o PRK pueden modificar la forma de la córnea para mejorar la agudeza visual, reduciendo o eliminando la necesidad de gafas o lentes de contacto.
¿Qué puedo hacer para prevenir complicaciones de la miopía alta?
Si bien no existe una cura para la miopía alta, puedes tomar medidas para prevenir o retrasar la aparición de complicaciones, como:
Realizar exámenes oculares regulares: Tu oftalmólogo podrá detectar y tratar cualquier problema de visión en sus primeras etapas.
Proteger tus ojos del sol: Usa anteojos de sol que bloqueen los rayos UV para reducir el riesgo de degeneración macular.
Darle a tus ojos descansos frecuentes: Si pasas mucho tiempo frente a pantallas, toma descansos regulares para relajar tus ojos y evitar la fatiga visual.
Seguir una dieta saludable: Una dieta rica en antioxidantes y vitaminas puede ayudar a proteger la salud de tus ojos.
La miopía alta no es una condición que deba tomarse a la ligera. Si experimentas alguno de los síntomas mencionados, consulta a un oftalmólogo de inmediato. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudarte a mantener una buena visión y prevenir complicaciones graves en el futuro.